Cien años han transcurrido desde el primer Ready-Made creado por Duchamp. Muchos artistas y movimientos artísticos han utilizado objetos encontrados, la mayoría industriales y el espectador ya se ha acostumbrado a percibirlos como algo distinto…como parte de la obra, sin calificar ni juzgar su origen.
Es por eso, que me atrevo a traer a escena, estos cinco objetos encontrados, pertenecientes a la cultura de la década de los noventa para otorgarles un significado de añoranza. Al pintarlos los elevo de categoría, tal como hacia Duchamp al ponerlos sobre una tarima; pasan de ser objetos comunes a obras de arte y luego quizás a fetiches por pertenecer a un pasado en común, no uno lejano, sino que un pasado vivido por la mayoría de nosotros.
Apelo a que toda experiencia estética tiene que ver con el punto de encuentro entre las ideas previas que el espectador tiene sobre estos objetos y los estímulos del momento en que se presentan ante ellos. Cuando se comunica a los otros mostrando un elemento, entendemos que se está haciendo una propuesta a la reinterpretación. Se está trayendo esta mirada a un contexto colectivo, social.
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